About 5 years ago my pastor gave the group a task to read a book which changed my life. It spoke about an incredible journey of a young woman who let her heart be guided by God and went on a mission trip to Africa. After I read this book my heart was filled with desire to go out and share the love of Christ . I thought they were strong emotions and a simple rush of adrenaline. After a while I pushed those feelings down thinking I was crazy for wanting to do something like this young woman because I was going to school, doing ministry and working full time. It seemed illogical to drop all I had to go on a mission trip. Several months passed by and the feelings of wanting to go on a mission trip resurfaced. I was confused at first as to why these feelings surfaced and my desire to do something out of my comfort zone but, one day after a conversation with my best friend I realized that those emotions weren’t simple emotions but rather a calling from God that I was ignoring for a long time. The more I spoke to my friend the more this desire made me take small steps of faith. I started to listen to God's voice and during my time with God, he spoke to me about faith, letting go of all things to fulfill his calling and being bold. So the journey began with small steps of faith. Step one was to actually present my crazy dream to God and ask if it was within his will and not simple emotions.. Step two, tell my parents- which at first they thought I was crazy because a mission trip to Africa was something unheard of in my house and only people in movies do mission trips. The final step was to apply to an agency which took me quite some time to choose. After I had a couple of long nights talking to God about this dream he made things possible and the doors started to open and everything started to align perfectly. After the January conference in Bogota I got the green light from my pastors, all I needed was my parents' blessing. I wanted to go but only if my parents felt peace. After I came home from the January conference my parents spoke to me. God had given them a word of assurance and they felt peace in their hearts to let me go. I’m happy to know I have the opportunity to share the love of Christ through serving others and can't wait to embark in this new journey.


Hace 5 años atrás mi pastora delegó al grupo leer un libro que definitivamente cambió mi vida. Hablaba sobre la vida de una joven que dejó que su corazón fuera guiado por Dios y fue a un viaje misionero a Africa. Después de leer este libro empecé a desarrollar emociones y un deseo de ir a un viaje misionero como el de la joven en el libro. Al principio pensé que solo eran emociones o la adrenalina de leer una gran historia y decidí morir a eso pues en ese tiempo era ilógico irme a un viaje como esos. En ir a un viaje significaba dejar todo, la universidad, el ministerio y mi profession. Un día durante una conversación con un amigo esas mismas emociones de ir a un viaje misionero se despertaron y me di cuenta que no solo fueron emociones sino un llamado de Dios que estaba Ignorando por mucho tiempo. Entre más habla con mi amigo más el deseo de tomar pasos en fe nacía en mi. Empecé escuchar la voz de Dios durante mis tiempos de devocional y todo lo que me hablaba era cerca de la fe, morir a todo y ser audaz. Empecé a embarcarme en este viaje con pequeños pasos de fe.Pasó uno, presentar mi sueño loco ante Dios y saber si estaba dentro de su voluntad.Pasó dos , contarle a mis padres. Al principio sonaba como una idea de locos porque solamente los de las películas o historias que uno escucha son los que van a misiones en África y era algo que no se habla en la casa. Último paso, aplicar para un viaje misionero a través de una agencia. La cual tomó mucho tiempo escogela. Después de unas cuantas noches hablando con Dios sobre mis sueños él hizo las cosas posibles y las puertas empezaron a abrir en los tiempos correctos y todo Empezó alinearse perfectamente. Después de una convención en Bogotá Colombia hablé con mis pastores y me dieron la luz verde, ahora lo único que necesitaba era la bendición de mis padres, quería ir pero solamente si mis padres sentían paz. Después que regrese a Miami de la convención en Colombia mis padres se acercaron y me dijeron que durante el tiempo que yo estaba fuera del país Dios les había hablado y dado una palabra y sintieron paz en su corazón de dejarme ir. Estoy muy feliz de tener la oportunidad de compartir el amor de Cristo a través del servicio a otros y emocionada para seguir en este viaje.